lunes, 6 de diciembre de 2010

LECCIÓN Nº 11 LA VIUDA DE SAREPTA



LA VIUDA DE SAREPTA: EL SALTO DE FE

SABADO
“ESTANDO PERSUADIDO DE ESTO, QUE EL QUE COMENZÓ EN VOSOTROS LA BUENA OBRA, LA PERFECCIONARÁ HASTA EL DÍA DE JESUCRISTO” (Fil. 1:6).
Ella conocía lo que era la muerte. Vio morir a su esposo y ahora veía, impotente, como todo a su alrededor moría. El pasto se secó, los árboles dejaron caer sus hojas, las vacas eran apenas esqueletos, y las cabras balaban tristemente. Cada día miraba el cielo sin nubes, esperando, contra toda esperanza, nubes y lluvia. Había racionado la harina y el aceite, tratando de estirarlos hasta el fin de la sequía. Ella partía el panecillo diario en forma desigual: su hijo necesitaba todo el alimento que ella podía darle. Se afligía al ver al muchacho tan delgado y sin energía. Pero su sacrificio parecía inútil; temía que ambos morirían de hambre.
Solo le quedaba lo suficiente como para una comida final. La viuda salió de la aldea de Sarepta a fin de buscar leña para su última comida. Y allí, esta mujer entró en la narración bíblica, donde su relato nos enseña lecciones que podemos, miles de años más tarde, aplicarlas a nosotros. Esta semana veremos el gran conflicto entre Dios y Satanás expuesto en miniatura en la vida de una viuda sin nombre que elige a Dios y es llevada, paso a paso, a una jornada de fe.  
DOMINGO
A SAREPTA
Aunque nuestro relato comienza con la orden de ir a Sarepta, dada por Dios al profeta Elías, debemos recordar cómo surgió a esa orden. El reino de Israel había caído en la idolatría. La adoración a Baal era la religión oficial. Dios había “desafiado” dramáticamente al dios de las tormentas declarando, por medio de su profeta Elías, que no habría más rocío ni lluvia
1 Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
 
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA
Elías.
Aquí comienza una nueva sección de Reyes, muy diferente en espíritu de lo anterior. En vez de unos pocos hechos fríos acerca de los reinados de los monarcas, ahora encontramos una relación de algunas de las acciones más conmovedoras de un notabilísimo profeta. Los relatos son detallados y gráficos, llenos de belleza espiritual e instrucción moral. Elías aparece en el escenario como un hombre que tiene una misión urgente al servicio de Dios. Se vivía una crisis. El pecado había invadido el país, y si no se lo detenía, pronto sumiría todo en la ruina. Como un valiente guerrero de Dios, Elías hizo frente al enemigo, dando testimonio del Altísimo por palabra y ejemplo, viviendo la vida de un eremita, o irguiéndose osadamente en la cumbre del Carmelo para demandar que descendiera fuego del cielo y blandiendo la espada de la venganza en el exterminio de los profetas de Baal. A medida que el emocionantísimo relato pone de manifiesto su valor, fe, fidelidad asombrosa, tierno afecto o ferviente celo en el servicio para Dios, es imposible dejar de ver en el profeta a un símbolo del Elías mayor que aún había de venir (Mat. 17: 10-12). El nombre Elías hacía cabalmente idóneo al profeta para su misión, pues significa "Jehová es mi Dios".
De Galaad.
El hogar de Elías estaba en Galaad, al este del Jordán. Se desconoce la ubicación exacta del pueblo de donde procedía.
a Acab.
El relato de Elías comienza en forma dramática y súbita. No hay introducción, nada acerca del llamamiento del profeta, nada en cuanto a los comienzos de su vida. Se lo menciona por nombre como uno de los habitantes de Galaad, y luego aparece delante del rey presentando su solemne mensaje del castigo venidero. En la soledad de las montañas de Galaad, Elías se había conmovido profundamente mientras pensaba en la marea siempre creciente de apostasía que inundaba el país. Acongojado, se despertó su indignación y oró con sumo fervor para que sucediera algo que detuviese la marca de maldad; que si fuera necesario, sobrevinieran castigos para que el pueblo volviera en sí y viera la necedad de confiar en Baal. Dios escuchó su oración y lo envió a él mismo al rey con su sorprendente mensaje del castigo venidero (ver PR 87, 88).
Lluvia ni rocío.
Baal era adorado como la fuente de vida y bendiciones, como el gran dios de las tormentas que daban humedad a la tierra y la hacían producir. Ahora Israel había de aprender que Baal no podía proporcionar esas bendiciones.

·         ¿Qué ironía surge de que Dios le diga que no habría lluvia, justamente, al reino que adoraba al dios de las tormentas?
·         ¿Qué enseña esto acerca del poder de Dios en nuestro mundo en contraste con todo otro poder?
ANALICEMOS LOS SIGUIENTES VERSÍCULOS:
8 Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen tus obras.
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA
Ni obras que igualen tus obras.
Ver Deut. 3:24. Los falsos dioses no pueden compararse con el carácter y poder de Dios, por lo tanto el salmista razona que éste puede librarlo de su angustia.
6 No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío.
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA
No hay semejante
Se presenta a Dios como el Incomparable (Exo. 15: 11; Sal. 86: 8, 10).
Tu nombre.
El nombre de Dios representa su carácter revelado, su fama, su reputación (ver com. Sal. 31: 3).

1 DIOS, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,        2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA
1.Dios.
La epístola entra directamente en un tema doctrina, sin los saludos iniciales acostumbrados (ver los primeros versículos de las otras epístolas del NT; ver p. 402). En el texto griego la palabra "Dios" no se halla al comienzo; el orden es: "Muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo Dios habló". Ver el comentario inmediato, "hablado
Hablado.
El autor destaca el hecho de que fue Dios quien habló por medio de los profetas. Un libro puede llevar el nombre de Isaías o Amós o Daniel, pero Dios es el verdadero autor (cf. Juan 5:46-47). El hecho de que él había dado revelaciones por medio de los profetas en los tiempos del AT, no impidió que más tarde también las diera, y aun mayores, cuando fue necesario hacerlo. En los tiempos del AT era imprescindible demostrar fe en el Redentor que vendría, ofreciendo un cordero sobre el altar; pero después de que Cristo vino, era completamente inapropiado seguir ofreciendo tales sacrificios. Si se hubiese continuado con ellos, no se ha demostrado fe sino incredulidad. Era necesario dejar a un lado los ritos y ceremonias que señalaban a Cristo y reemplazarlos por otros en que se demostrara confianza en que Cristo ya había venido. Pero para que el creyente en Dios pudiera hacerlo, eran necesarias nuevas revelaciones del cielo.
Terminar con ceremonias y costumbres que tenían la aureola de santidad que les daban los siglos-como el cristianismo lo exigía 410 de Israel- y adoptar otras nuevas que en ostentación y pompa no se comparaban con las antiguas; desprenderse de los majestuosos servicios del templo, parecía a muchos, sin duda, que no sólo era repudiar todas las experiencias religiosas y revelaciones del pasado sino poner fin a toda religión. Los judíos del siglo I y sus antepasados siempre habían ofrecido sacrificios, y Dios había aceptado su culto. ¿Podría haber algún perjuicio en continuar con lo que el cielo había bendecido tan manifiestamente? Recordaban cómo Dios había instruido a Moisés para que construyera el santuario, y cómo honró directamente su dedicación enviando fuego del cielo para encender la leña del altar. Conceptuaban que la religión que había sido buena para Abrahán, Moisés y Elías, tenía que ser también para ellos.
Siempre será una tarea difícil cambiar las costumbres de siglos; transformar los hábitos de una nación en unos pocos años es casi imposible. En el caso de la transición del judaísmo al cristianismo era particularmente difícil, pues el cambio debía hacerse mediante el liderazgo de hombres que, según el concepto de la mayoría, no estaban a la altura de los que habían instituido las prácticas ancestrales. Por eso fue sumamente difícil el período de transición. Se necesitaba mucha sabiduría y sabio consejo. No hay duda de que había interrogantes casi siempre presentes: si Dios no exige ahora sacrificios, si en realidad le son desagradables, ¿entonces qué se puede decir de los hombres de la antigüedad, grandes y buenos, que enseñaron a Israel a ofrecer sacrificios a Dios y ellos también los ofrecieron? ¿No siguieron entonces las instrucciones específicas de Dios? ¿Y quiénes son Pablo y los otros apóstoles para que se atrevan a cambiar prácticas e instituciones antiguas? Los judíos podían preguntar directamente a los apóstoles si se consideraban mayores que los profetas y los patriarcas de la antigüedad (cf. Juan 4:12).
Estas preguntas son respondidas en las primeras palabras de la epístola. Los grandes dirigentes del pasado no estaban equivocados. Habían sido guiados por Dios. Eran hombres de Dios. Cuando hablaban, Dios hablaba. No habían seguido fábulas sutiles, engañosas. Al enfocar las cosas de esta manera, el autor del libro naturalmente se ganaba la confianza de la gente que creía que los grandes hombres y los profetas de la antigüedad habían sido guiados por Dios.
Muchas veces.
Gr. polumeros. Este adverbio griego significa "en muchas partes" o " muchas maneras"; "de una manera fragmentaria" (BJ). La luz procedente del trono de Dios no irrumpió sobre los hombres como un gran relámpago de gloria, sino que descendió lentamente, poco a poco, a medida que los hombres podían comprenderla.
De muchas maneras.
Gr.polutrópós, "multiforme", "de muchos modos" (BJ). Dios hablo mediante profetas a través de mensajes verbales y escritos, por parábolas y por medios visuales. Pero cualesquiera que fueren los medios, era Dios el que hablaba (ver el comentario de "hablado").
En otro tiempo.
Gr. pálai, "hace mucho", "anteriormente". La referencia es sin duda a toda la revelación del AT.
2.Estos postreros días.
Equivale a la expresión "en nuestro tiempo". Los escritores bíblicos a veces hablan de los acontecimientos relacionados con el primer advenimiento de Cristo como si ocurrieran en los "postreros días" (cf. Hech. 2:17; Heb. 9:26; 1 Ped. 1:5).
Por el Hijo.
"Por medio del Hijo" (BJ). Se establece un contraste entre la revelación mediante un profeta y la revelación mediante un "hijo". En el texto griego no se encuentra el artículo "el" que antecede a "Hijo". Cf. com. Dan. 7:13; Apoc. l: 13; Juan l:1.
A quien constituyó.
Es difícil ubicar este suceso en un momento preciso de la historia, pues los propósitos de Dios son eternos. Sin embargo, la designación a la cual se hace referencia quizá ocurrió después de la ascensión, cuando Cristo "se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas" (vers. 3).
El primer versículo presenta al Padre; el segundo, al Hijo. Cuando el autor de Hebreos presenta al Hijo, llega al corazón de su tema. Si Cristo tiene que reemplazar al sacerdocio aarónico instituido por Moisés, debe demostrarse que es superior a Moisés; de lo contrario no tendría poder para abrogar lo que Moisés había instituido. Por esto Cristo es presentado como Dios (ver com. Heb. 1: 3; cf. com. Juan 1: 1).
Heredero de todo.
Cuando Jesús vino a la tierra, se despojó "de su vestido y corona reales" (5TS 182). "Prefirió devolver el cetro a las manos del Padre, y bajar del trono del 411 universo" (DTG 14). Con su ascensión tomó otra vez el puesto que había tenido con el Pare antes de su encarnación (ver HAp 31-32; cf. 3JT 266-267). Era importante que los hebreos entendieran el verdadero lugar del Hijo. Los escritores del AT no comprendían la naturaleza trinitaria de la Deidad. A Israel se le había enseñado: "Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es" (Deut. 6: 4). Era necesario que entendieran que el Mesías compartía el trono del universo con el Padre. Ver Nota Adicional de Juan l; cf. com. 1 Cor. 15:24-27.
Por quien asimismo hizo.
Se presenta al Hijo como asociado con el Padre y como agente activo en la creación (ver com. Juan 1:3; Col. 1:16-17).
Universo.
Gr. aión, "siglo", "edad", "mundo"; "mundos" (BJ, BC). Ver com. Mat. 13: 39. El plural del vocablo griego probablemente se refiera a todo el sistema de cosas que fue llamado a la existencia por Cristo. Son "todas las cosas" de Heb. l: 3, las "visibles e invisibles: sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades" (Col. l: 16-17).
Dios hizo los mundos por medio de Cristo; pero no usó a Cristo como una herramienta sino como un colaborador. Aquí se presenta una división de las actividades de la Deidad. El que sería el Redentor del hombre, fue su Creador; y porque es el Creador, puede crear al hombre como "nueva criatura" (2 Cor. 5:17).
Cuando consideramos la magnitud de la creación de Dios, los innumerables millones de mundos que circundan el trono de la Deidad, no sólo obtenemos un concepto más amplio de Dios, sino que somos inducidos a decir con el salmista: "¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?" (Sal. 8: 4). Nuestro Dios es admirable en sabiduría, conocimiento y poder; y junto con esto, es admirable el amor de Aquel que creó y sostiene todas las cosas e invita al ser humano a participar activamente con él de la gloria.
3.El cual, siendo.
O "el que es". El verbo griego eimí, "ser" o "estar", nunca puede traducir "llegar a ser" o "convertirse en". La misma idea se nota en Juan l: l: "En el principio era el Verbo" (ver com. respectivo). En el principio Cristo no apareció ni vino a la existencia, ya era. Según Juan l: 14, cuando el que era o existía antes vino a la tierra, se hizo carne, lo que antes no había sido. Por otra parte, la frase "el que es" aparece la LXXseptuaginta de Exo. 3:14 como nombre de Dios; el que se use aquí la misma frase sin duda no es coincidencia (ver com. Apoc. 1:4).
Resplandor.
Gr. apáugasma, "resplandor", esplendor", "reflejo". El Padre y el Hijo son inseparables. El Hijo revela al Padre, es el reflejo del Padre. Cuando miramos el sol, no vemos el sol sino sus rayos; tampoco vemos al Padre sino al Hijo, pues el Padre es invisible, "habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver" (1 Tim. 6:16).
Gloria.
Gr. dóxa (ver com. Rom. 3:23; 1 Cor. 1l: 7). La gloria de Dios es la suma total de todos sus atributos. Moisés le pidió a Dios: "Te ruego que me muestres tu gloria" (Exo. 33: 18), y Dios le respondió: "Yo haré pasar todo mi bien ['mi bondad', BA, BC, NC] delante de tu rostro" (Exo. 33:19; cf. cap. 34:5-7).
La gloria de Dios es su carácter (ver DTG 1l; PR 231-232; OE 43l). Cristo no llegó a ser el resplandor de la gloria de Dios; ya lo era, y siempre lo había sido (ver com. Juan l: l; t. V, pp. 894-895). Esto constituye el fundamento esencial y eterno de su personalidad.
Imagen misma.
Gr. jaraktér originalmente una herramienta para grabar o marcar. Posteriormente llegó a significar la marca misma. La traducción "impronta" (BJ, BC, NC) se acerca más al significado de algo grabado o marcado. Esta misma dualidad de significa se puede advertir en algunas palabras. Por ejemplo, "sello" puede significar la impresión que se marca sobre un objeto y también el sello que la marcó. Cristo es el sello o la "impronta" exacta de Dios.
Sustancia.
Gr. hupóstasis, literalmente, "lo que está debajo", y por lo tanto, "meollo", "esencia", "realidad". Es realidad en contraste con imaginación y fantasía. Se usa esta palabra para designar la esencia de las cosas, la naturaleza íntima de algo, el verdadero ser. También se emplea para denotar firmeza, estabilidad, seguridad, confianza.
Cuando se dice que Cristo es "la imagen misma" de la hupóstasis del Padre, significa más que una semejanza externa: es la expresión exacta y verdadera de la naturaleza íntima de Dios. Así como es el Padre, así es el Hijo: uno en esencia, uno en carácter, uno en pensamiento y propósito. Son tan semejantes que Cristo pudo decir: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre... Yo y el Padre 412 uno somos" (Juan 14: 9; 10: 30). o de los grandes propósitos de la venida de Cristo a esta tierra fue para dar a los hombres una fiel representación del Padre.
Sustenta.
Gr. féro, "dirigir", "llevar", "sostener". Puede añadirse el significado de movimiento, propósito, conducción, de proceder con una intención definida. Cristo es el que sostiene todas las cosas en todo el universo y el que mantiene a los cuerpos celestes en sus órbitas prefijadas. Compárese con la oración "todas las cosas en él subsisten". Féro es más abarcante que "subsistir" o "consistir", pues abarca el concepto de una acción deliberada, llena de propósito. Esta definición cambia el concepto de un poder que sólo sostiene el universo físico, por el de un Ser inteligente que tiene un plan y se halla en el proceso de llevarlo a cabo.
Poder.
Gr. dúnamis, "potencia", "vigor", "capacidad de realizar".
Purificación.
Con su expiación en la cruz Cristo obtuvo la limpieza del pecado en general -que incluye finalmente la purificación del pecado en el universo-, y también la limpieza de los pecados individuales. Esta última purificación, también hecha posible mediante la cruz, aún se lleva a cabo, y continuará hasta cuando sea posible salvar la última persona.
Cristo terminó su obra en la cruz como víctima y sacrificio. Derramó su sangre, y así se convirtió en "un manantial abierto... para la purificación del pecado y de la inmundicia" (Zac. 13: l). Pero continúa su obra como intercesor. Es nuestro abogado ante el Padre (ver Heb. 7:25).
Cristo venció toda tentación. Aunque los pecados del mundo fueron colocados sobre él, su alma permaneció inmaculada. Rechazó toda sugestión al mal. Satanás nunca obtuvo ventaja alguna. Atacó mil veces a Cristo, pero nunca tuvo éxito.
Nuestros.
La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de esta palabra. Por lo tanto, el texto significa que Cristo llevó "a cabo la purificación de los pecados" (BJ, BA, BC, NC). Es cierto que Cristo purificó "nuestros" pecados, pero el autor presenta aquí un panorama más abarcante, incluyendo a todos los pecados.
Por medio de sí mismo.
La evidencia textual se inclina por (cf. p. 10) la omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BA, BC y NC. Pero la idea está implícita en la expresión griega que se traduce "habiendo efectuado la purificación". Cristo pisó solo el lagar (Isa. 63:3).
Se sentó.
Esta expresión indica hacerse cargo de algo, asumir un cargo; sugiere una inauguración, una coronación. Significa investir con autoridad, reconocer el derecho de Cristo a tener jurisdicción. Era el principio, no el fin, de su actividad como mediador especial. Era la colocación del sello de Dios sobre su obra de intercesión. Dios, sentando en esa forma a Cristo a su diestra, colocó su aprobación sobre la obra que Cristo había hecho en la tierra, y la aceptó. Lo consagró como sumo sacerdote y, por lo tanto, lo autorizó para que se desempeñara como mediador según el orden de Melquisedec (cap. 7:17).
A Cristo se le concedió que se sentara a la diestra de la Majestad en las alturas porque había logrado la purificación de los pecados. Había triunfado donde fracasó Adán. Había ganado el derecho de hablar y actuar en favor de la humanidad. Por lo tanto, lejos de sentarse a descansar, estaba comenzando su nueva actividad. Cuando un juez se sienta para presidir una asamblea, ocupa su solio de magistrado y comienza el procedimiento judicial. Así también Cristo se sentó a la diestra de Dios, y recibió un reconocimiento oficial ante las multitudes congregadas de que actuaba por la designación y la voluntad de Dios.
En los servicios del santuario los sacerdotes ofrecían la sangre de las víctimas que la gente presentaba. Era necesario que Cristo, como sumo sacerdote, tuviera "algo que ofrecer" (cap. 8:3). Ese "algo" no fue la "sangre de machos cabríos ni de becerros, sino... su propia sangre" (cap. 9:12). No podía ofrecer esa sangre hasta que no la hubiera derramado en el Calvario. Pero tan pronto como la derramó, pudo comenzar su ministerio; y lo hizo inmediatamente después de ser instituido en su cargo. Ahora ya era sacerdote para siempre, y estaba listo para interceder por el hombre en el santuario del cielo.
Diestra.
El lugar de honor y autoridad. Hay sin duda una alusión a Sal. 110: 1. 413
Majestad.
Gr. megalosúne "grandeza", "magnificencia". En el NT sólo aparece aquí, Heb. 8: 1 y Jud. 25. Aquí se usa como atrito de la divinidad en lugar del nombre divino, sin duda con propósito literario.
En Las alturas.
Es decir, en el cielo (cf. Sal. 93:3).

 Job 38. ENTONCES respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo:2 ¿Quién es ése que oscurece el consejo Con palabras sin sabiduría?3 Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás.4 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?6 ¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular,7 Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?8 ¿Quién encerró con puertas el mar, Cuando se derramaba saliéndose de su seno,9 Cuando puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad,10 Y establecí sobre él mi decreto, Le puse puertas y cerrojo,11 Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, Y ahí parará el orgullo de tus olas?12 ¿Has mandado tú a la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar,13 Para que ocupe los fines de la tierra, Y para que sean sacudidos de ella los impíos?14 Ella muda luego de aspecto como barro bajo el sello, Y viene a estar como con vestidura;15 Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, Y el brazo enaltecido es quebrantado.16 ¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar, Y has andado escudriñando el abismo?17 ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte, Y has visto las puertas de la sombra de muerte?18 ¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.19 ¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz, Y dónde está el lugar de las tinieblas,20 Para que las lleves a sus límites, Y entiendas las sendas de su casa?21 ¡Tú lo sabes! Pues entonces ya habías nacido,Y es grande el número de tus días. 22 ¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, O has visto los tesoros del granizo,23 Que tengo reservados para el tiempo de angustia, Para el día de la guerra y de la batalla?24 ¿Por qué camino se reparte la luz, Y se esparce el viento solano sobre la tierra?25 ¿Quién repartió conducto al turbión, Y camino a los relámpagos y truenos,26 Haciendo llover sobre la tierra deshabitada, Sobre el desierto, donde no hay hombre,27 Para saciar la tierra desierta e inculta, Y para hacer brotar la tierna hierba?28 ¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?29 ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró?30 Las aguas se endurecen a manera de piedra, Y se congela la faz del abismo.31 ¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, O desatarás las ligaduras de Orión?32 ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos, O guiarás a la Osa Mayor con sus hijos?33 ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?34 ¿Alzarás tú a las nubes tu voz, Para que te cubra muchedumbre de aguas?35 ¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y te dirán ellos: Henos aquí?36 ¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio al espíritu inteligencia?37 ¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace inclinar,38 Cuando el polvo se ha convertido en dureza, Y los terrones se han pegado unos con otros?39 ¿Cazarás tú la presa para el león? ¿Saciarás el hambre de los leoncillos,40 Cuando están echados en las cuevas, O se están en sus guaridas para acechar?41 ¿Quién prepara al cuervo su alimento, Cuando sus polluelos claman a Dios, Y andan errantes por falta de comida?
Elías se había escondido en el arroyo de Querit (1ª Reyes 17:3 apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
3.Apártate de aquí.
No había tiempo que perder. Antes de que el rey pudiese volver en sí para hacer apresar y matar al profeta, éste se había ido. El Señor le dio instrucciones para que fuera al arroyo de Querit cerca del valle del Jordán. No se conoce la ubicación exacta de ese arroyo, pero tal vez estaba en alguna tranquila hondonada, muy lejos del bullicio mundanal.,
 mientras la tierra de Israel se marchitaba bajo la devastadora sequía. El arroyo finalmente se secó, y Dios ordenó al profeta ir a Sarepta (1 Rey. 17:1-9 1 ENTONCES Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.2 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:3 apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.4 Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.5 Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán.6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.7 Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra.8 Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo:9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.).  Dios envió a Elías a un país extranjero. Sarepta estaba ubicada sobre la costa del Mar Mediterráneo, entre Tiro y Sidón. De este territorio de Fenicia había venido la terrible reina Jezabel. Uno de los importantes dioses nacionales de Fenicia era Baal, y la esposa del rey Acab importó y fomentó la adoración a Baal en Israel. En el mundo antiguo, se pensaba que los dioses pertenecían a una ciudad o a una región específicas. Sarepta, situada fuera de Israel, parecía estar lejos del área de influencia de Jehová. La gente de esa nación pagana también debía encontrarse lejos del alcance de Dios. Pero, nunca alguien está fuera del alcance de Dios. Allí, en el mismo centro de la adoración a Baal, Dios hizo conocer su presencia y su poder.
Es importante notar que Dios usa la necesidad del profeta para llegar a una mujer en la lejana Sarepta. No necesitamos cubrir nuestros problemas o pretender que no tenemos necesidades, porque todos sabemos que esto no es cierto. Como cristianos, sufrimos y sentimos dolor, y también necesitamos obtener alivio y ayudar a otros, que pueden profesar otra fe diferente de la nuestra, o ninguna.

·         ¿Qué está mal en la actitud de alguien que dice que mostramos falta de fe cuando buscamos la ayuda de otros?
·         ¿De qué manera, por medio de nuestras necesidades, podemos revelar a otros la bondad y el carácter de Dios?  
LUNES
UN INSTRUMENTO INUSUAL (1 Rey. 17:7-12)
La viuda, que está juntando leña a fin de hacer su última comida para ella y para su hijo, reconoce de inmediato a Elías como un creyente en Dios. El texto no dice qué fue, pero algo le hizo saber, a ella, que Elías adoraba a Dios.
Lee cuidadosamente el versículo 12. Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. La mujer reconoce que Dios existe pero, en ese momento, ¿qué significa eso para ella? Medita en la frase: “para que lo comamos, y nos dejemos morir”. ¿Qué implica esto?
¿Qué semejanzas puedes observar entre 1 Reyes 17:3 y 4, y 17:8 y 9 3 apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.4 Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.8 Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo:9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.?
Dios guía al profeta Elías a fin de salvarle la vida. Primero le dice que se esconda junto al arroyo de Querit. Los cuervos lo alimentan. Después, Dios le da otra orden y lo envía a Sarepta, donde ha “dado orden allí a una mujer viuda” (vers. 9) que lo alimente.
Ella parece un instrumento inusual de Dios. Es viuda, no es israelita, no tiene posición social, ni influencia, ni poder. Ella misma está a punto de morir de hambre. ¡Qué lección increíble podemos aprender de esta estrategia divina! Con frecuencia, Dios nos escoge no por ser fuertes, sino más bien a pesar de nuestra debilidad (2 Cor. 12:9).
Ayer vimos que Dios no está limitado por la geografía. Hoy vemos que Dios no está limitado por las limitaciones humanas. Dios es el que da las órdenes. En todo el relato, es claro que Dios está en el control, algo muy importante en el contexto más amplio del ministerio de Elías en la gran batalla entre Jehová y Baal.Nada ni nadie cierra el camino de la voluntad de Dios. Más tarde, en la historia, veremos que ni siquiera la muerte puede interferir con los propósitos de Dios. Las cosas y los acontecimientos pueden herir nuestra vida o ser perjudiciales, pero los propósitos de Dios siempre son buenos (Jer. 29:11), aun cuando no podamos verlo de inmediato. Necesitamos aprender a confiar en Dios en toda situación, buena o mala, porque en algún momento atravesaremos una u otra.

·         ¿De qué manera Dios ha sido capaz de usarte a pesar de tus debilidades?
·         ¿Cuánto más podrías hacer si, por su poder, vencieras esas debilidades?  
MARTES
ENTREGA TOTAL
Lee 1 Reyes 17:13 al 16. ¿Qué le dice Elías a la viuda, y por qué?
Las viudas eran personajes marginales en el mundo bíblico. Si no tenían hijos que se ocuparan de ellas, eran víctimas fáciles; tenían pocos recursos legales, y era peor en tiempo de sequía. Cada familia luchaba por sobrevivir y no había limosnas para las pobres viudas. El profeta le pide a esta mujer que lo alimente. Ella no es una buena candidata para esto. Solo un puñado de harina y un poco de aceite están entre esta pobre mujer y la muerte por hambre.
·         ¿A quién debe ella alimentar primero?
·         ¿Qué pensamientos debieron haber pasado por su mente cuando oyó el pedido?
·         ¿Qué clase de fe se requería de su parte?
En muchas culturas, es más apropiado ofrecer algo a otros antes que tomar para uno mismo. El profeta no solo le pide a una persona que no puede darle casi nada, sino también pide que lo sirvan primero. Recuerda que el profeta es un representante de Dios ante esta mujer. Al pedirle su última porción de pan, el profeta invita a esta mujer a dar el salto de fe, a entregar a Dios todo lo que tiene.
¿Qué otros ejemplos encuentras, en la Biblia, en los que Dios pide una entrega completa? Por ejemplo, ver Génesis 22.
1 ACONTECIO después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.6 Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su  mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham segunda vez desde el cielo,16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo;17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.19 Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.20 Aconteció después de estas cosas, que fue dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano:21 Uz su primogénito, Buz su hermano, Kemuel padre de Aram,22 Quesed, Hazo, Pildas, jidlaf y Betuel.23 Y Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que dio a luz Milca, de Nacor hermano de Abraham.24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.
Cuando damos a Dios todo lo que tenemos, siempre ganamos. La mujer tenía para una sola comida. Al dársela primero al profeta, ella avanzó por fe, confiando en lo que no podía ver ni comprender. Pero ¿acaso no es la fe confiar en un Dios que no podemos ver y en promesas que no comprendemos completamente (Heb. 11:1)
1 ES, PUES, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve..

COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA
Fe.
Gr. pístis, "fe", "esperanza", "confianza"; también "fidelidad", "confiabilidad". Pístis puede significar una actitud mental o una conducta fiel que es el producto de una actitud de fe. Los dos matices de significado -fe y fidelidad- están íntimamente ligados en todo el capítulo, pues en cada ejemplo de fe que se cita, una actitud de fe fue lo que indujo a actos fieles. El énfasis se hace en los hechos fieles.
El capítulo 11 ilustra ampliamente el principio que se presenta en forma más breve en el cap. 10, especialmente en los vers. 35-39: que la fe y la fidelidad son la necesidad suprema de los que esperan la venida del Señor. Existe el peligro de que algunos pierdan su confianza porque el Señor demora su venida. Para éstos es necesaria la paciencia" a fin de que puedan vivir "por la fe". Ninguno de los personajes ejemplares que se mencionan en esta lista "recibieron lo prometido" (cap. 11: 39); sólo lo vieron "de lejos" (vers. 13). Sin embargo, "todos éstos... alcanzaron buen testimonio mediante la fe". Pero ahora dentro de "un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará" (cap. 10: 37). Si esos dignos personajes de los siglos pasados creían tan plenamente en las promesas, aunque estaban 'lejos" de su cumplimiento (cap. 11: 13), nosotros que hemos de verlas cumplidas dentro de "un poquito", ¿no debiéramos ser también pacientes y fieles?
Certeza.
Gr. hupóstasis, "naturaleza sustancial", "esencia", "ser real", "garantía", y en un sentido más amplio como aquí, "seguridad confiada". Compárese con la palabra arrabón, "arras" (ver com. 2 Cor. 1: 22). La fe ciega no existe. La fe genuina siempre descansa sobre la firme "sustancia" subyacente de una suficiente evidencia que garantiza la confianza en lo que aún no se ha visto. Hupóstasis se usaba en los papiros antiguos para referirse a los documentos legales por medio de los cuales una persona demostraba que una propiedad era suya. Los documentos no eran la propiedad; sólo demostraban su existencia y su derecho a ella. Por lo tanto, hupóstasis podría traducirse aquí como "título de propiedad": "la fe es el título de propiedad..."
El cristiano considera por fe que ya posee lo que le ha sido prometido. Su plena confianza en Aquel que ha hecho las promesas no deja lugar para incertidumbre alguna en cuanto a su cumplimiento a su debido tiempo. Por lo tanto, la fe capacita al cristiano no sólo para pedir las bendiciones prometidas sino para recibirlas y disfrutar de ellas ahora. La herencia prometida se convierte de ese modo en una posesión presente. Los bienes venideros no dejan de ser sólo un sueño que se cumplirá en el futuro, sino vivientes realidades presentes. Para el ojo de la fe se hace visible lo que de otra manera es invisible.
Lo que se espera.
Es decir, la herencia prometida que poseerán los santos cuando Cristo venga. 487
Convicción.
Gr. élegjos, que aquí significa "prueba" (BJ, NC, VM); "argumento" (BC). " fe no es una creencia abstracta de que existe una evidencia, sino una seguridad establecida, basada en la convicción de que Dios cumple sus promesas. Puede ser que nunca hayamos visto la dínamo que produce la electricidad que usamos, pero estamos seguros de que la presencia de la electricidad es evidencia suficiente de la existencia de la dínamo. Así también debemos creer que nuestra energía física, mental y espiritual es una prueba de la existencia de una Fuente Sobrenatural de vida y poder. Pero la fe no debe confundirse con credulidad, pues la fe se refuerza en cierta medida con la evidencia (ver com. cap. 12: l).
Lo que no se ve.
O sea "lo que se espera": la herencia prometida.
También asombra que no sea una mujer israelita, sino una mujer pagana, rodeada de prácticas religiosas degradantes. Y, no obstante, de algún modo Dios se comunicó con ella (vers. 9), y ella respondió con fe. Hizo lo que se le había ordenado hacer.

·         ¿En qué ocasión confiaste en lo que no podías ver ni entender?
·         ¿Qué lecciones aprendiste acerca de lo que significa vivir por fe?  

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